Vivir en el extranjero es una de las mejores experiencias que recomiendo pasar a todo el mundo. Es inevitable cambiar hábitos, maneras de pensar, costumbres cuando te vas a vivir un año en en extranjero. Te cambia, que te hace crecer, cuestionarte tus antiguos valores, creencias, maneras de ver la vida, imposible volver a ser el mismo de antes. Porque vivir un año en el extranjero, no es solo un mero viaje de placer para desconectar de la rutina, del trabajo o hacer turismo, no es solo un Gap Year o un año sabático.
Hablo de algo mucho más profundo que todas estas etiquetas. Me atrevería a decir que se puede convertir en un estilo de vida. Por supuesto muy diferente a lo que la sociedad dicta, a como se supone que nos tenemos que comportar y vivir nuestras vidas.
Con esta nueva entrada quiero compartir con vosotros a partir de mi propia experiencia este concepto y explicaros todo lo que me ha aportado y cambiado vivir durante un año en Nueva Zelanda y el choque que ha supuesto para mi la vuelta a Europa. Ya que en mi opinión vivir en el extranjero no es fácil pero es más difícil el regresar a casa.
Indice del artículo
Vivir en el extranjero y regresar
La vuelta a casa después de un tiempo viviendo en el extranjero muchas veces es algo difícil de encajar de nuevo. Incluso si es tan solo por una simple visita familiar y ver a los amigos de nuevo, es complicado encontrar el equilibrio. En un año viviendo en el extranjero mi manera de ver la vida ha cambiado por completo. La chica que se fue ha evolucionado, es inevitable. Por supuesto todos evolucionamos, pero cuando vives una experiencia de este tipo todo es mucho más intenso.
El ritmo en el que todo se mueve a tu alrededor es mucho más rápido que si te quedas en el mismo sitio. Tu yo interior explosiona en una gran variedad de emociones y sensaciones. No hay tiempo para reflexiones, es un constante flujo de experiencias que te da la oportunidad de vivir el momento al 100%. Difícil de experimentar si siempre estás en tu zona de confort y fantástica oportunidad de crecimiento personal.
El choque más importante cuando regresé
» Te das cuenta que el tiempo durante tu ausencia se ha medido de diferente manera.»
Para mucho de tus seres queridos (siempre hay excepciones) es como si nunca te hubieras ido o te hubieras ido a hacer unas simples vacaciones. Es muy curioso ver cuando comentas con conocidos, amigos, con tu gente en general tu experiencia, en mi caso vivir un año en Nueva Zelanda, hay una reacción generalizada. Te escuchan sí, durante 10 minutos, tu intentas explicar con toda la emoción que conlleva y ansias que tienes de explicar (obviamente imposible explicarlo de manera breve) todo lo que has vivido.
Quieres transmitir a la gente todas tus emociones y experiencias inolvidables pero el mensaje no llega de manera tan intensa. Al principio para mí fue un poco frustrante el no poder transmitir lo vivido exactamente en la manera que lo sentí, pero luego entendí que no era posible. Porque inevitablemente los códigos, el mensaje que quieres transmitir es difícil de entender, uno tiene que vivirlo en sus propias carnes para entenderlo, sino el mensaje llega de manera mucho más superficial.
Lo importante para tu gente es saber que estás bien, de vuelta, saber que planes tienes ahora y que no sean el irte de nuevo durante mucho tiempo y muy lejos, el saber que ahora te vas a centrar, buscar un trabajo, terminar los estudios, vamos que volverás a la vida normal, ¿no?
– No! A mi vuelta a Europa, me he comprado una Van, vivo en ella con mi pareja y voy a seguir con mi vida nómada, sin un destino fijo.
Frases que te dicen al regresar después de haber vivido un año en otro país
– »Ya me gustaría hacer lo mismo que tu pero no puedo…»
– »que guay a lo súper hippie…»
– »si, pero… ¿de qué vas a trabajar?»
– »algún día te cansaras de todo esto y volverás a España… ¿no?»
-»Qué envidia »sana» me das…»
Con todas estas frases de vivir en el extranjero y muchas más me he encontrado cuando he compartido mi experiencia de vivir un año en el extranjero y mi visión de la vida. Aprendí a disfrutar de mis seres queridos durante mi regreso sin exigir nada a cambio, ni pretender nada. Es como vivir en un universo paralelo cuando empiezas a vivir tu vida de manera nómada, el vínculo siempre estará pero habrá cosas que no podrán empastar de nuevo.
Es curioso cómo nos queremos auto reafirmar de que lo que hace el otro no es lo correcto, pero a la vez ese instinto primitivo que hemos dejado de escuchar surge de nuevo, por supuesto maquillado en otras palabras para que no nos descubran, pero si hurgamos un poco el mensaje entre líneas queda claro. Me alegro de todas formas, que con mis historias, viajes y locuras pueda despertar ese instinto en otras personas.
Punto y aparte para animar a todos los que me están leyendo a por lo menos una vez en la vida realizar una experiencia como esta, aunque parezca una locura, difícil de realizar. Todo es posible.
Vivir un año en el extranjero, ¿ ventajas o desventajas?
- Ha reafirmado que Soy de todas y de ninguna parte del mundo.
- Te das cuenta que tu gente sigue en el mismo punto. Ellos tienen una rutina que yo no tengo y que les hace estar estables.
- Por mucho que los quieras y que ellos te quieran a ti, tienes menos puntos en común en comparación a cuando te fuiste.
- Los lazos de amistad con personas que encuentras durante 3 días viajando, pueden ser mucho más fuertes que con amigos de toda la vida.
- Soy más libre ahora. Elijo mis propias decisiones por muy alocadas y diferentes de lo que la sociedad y el mundo actual dicte.
- Vivo la vida de manera mucho más intensa. Sonrío cada mañana, disfruto de la belleza de todas las cosas que me envuelven, sin apenas tener nada material.
- Acepto mi vida nómada, la amo, no puedo volver a la normalidad. Para mí se ha convertido en un estilo de vida, no me siento turista ni quiero serlo nunca más. Me veo reflejada en un documental que hicieron Lucía y Rubén del blog algoquecordar el cual refleja a la perfección este sentimiento y manera de vivir y entender la vida viajera. Aquí os lo dejo para que lo disfrutéis. Es una verdadera joya!
El síndrome del enterno viajero | Cortometraje |
Comparto el link de su canal de youtube: Algo que recordar Canal de Youtube
y su blog: Algo que recordar blog de viajes
El dinero no da la felicidad. Se puede vivir con muy pocas cosas si cuidas y alimentas tu yo interior. #viajar #buenosdias #travelblogger— Stupendous Girl (@mevoyhastaluego) 18 de marzo de 2017
Que me ha enseñado Nueva Zelanda
- He encontrado el amor de mi vida en Nueva Zelanda sin ir a buscarlo a propósito.
- He aprendido que puede haber momentos duros en cualquier parte del mundo. Que no todo es de color de rosa, también hay tonos grises.
- Ha sido un viaje iniciático, un despertar, un viaje personal que me ha servido para descubrirme y redescubrirme a mí misma.
- He entendido que todo es pasajero. Ya no le doy tanta importancia a las cosas. No dramatizo. Si me pasa algo malo durante un viaje intento entender el por qué y simplemente buscar la solución que más se adapte. No me lamento, acepto todo lo que me pase tanto bueno como malo, puesto que todo es un aprendizaje.
- Me he hecho más fuerte. Ya no echo tanto de menos. Auto defensa o no, pero es así. No hay vacío puesto que el vacío se llena con todas las personas que encuentras por el camino y momentos que compartes. Viajar es ideal para crear nuevas conexiones con nuevas personas y lugares.
- Disfrutas de la soledad. Nos educan pensando que la soledad es algo negativo, pero considero que es necesaria para conocerte y enfrentarte a ti mismo. Te reto a que estés una temporada a solas contigo mismo. Verás que luego te vas a sentir mucho más preparado para cualquier tipo de relación y vas a empezar a transmitir otro tipo de vibras mucho más positivas para el resto de la gente.
Que me ha aportado Nueva Zelanda
- Mi capacidad de adaptación ha crecido exponencialmente. Puedo vivir sin prácticamente nada, en cualquier tipo de situación. El entorno no me limita. La comodidad y el bienestar para mi es algo muy subjetivo. Depende de cómo lo quieras ver.
- Los mejores planes son los no planes. Antes quería tenerlo todo planificado, no daba un paso al frente si no sabía las posibilidades, lo que habría esperándome en el otro lado. Ahora mismo experimento mayor felicidad si no planeo en exceso y me dejo llevar.
- Me he convertido en 0% materialista. Cobijo y alimentos, es todo lo que todo humano necesita. Relacionarse con gente y amor podría añadir puesto que somos seres sociales por naturaleza, pero tanto una cosa como la otra lo puedes encontrar muy fácilmente, aunque viajes solo. Nuestro yo primitivo existe por mucho que nos empeñemos en que no sea así. Y precisamente cuando decides dejarlo todo e irte a vivir a otro país, es un momento oportuno para dejar salir tu lado más salvaje, un momento perfecto para conocerte a ti mismo. Me fui con lo puesto y durante el viaje y a mi vuelta a Europa volví con menos cosas materiales, pero eso sí, con una sonrisa de oreja a oreja y una experiencia que nadie me la quita. Ahora mismo me cuesta pensar en vivir en una casa de nuevo y tener una rutina que se pueda considerar »normal», vivir una vida materialista.
Y si en esta entrada os he hablado del impacto que ha supuesto mi regreso a »mi tierra» termino con el último vídeo de mi canal de Youtube donde explico en que momento me encuentro ahora mismo, mis próximos proyectos y os pongo al día de todos estos meses pasados.
Y tú, ¿Cómo ha sido el regreso a tu país después de una larga temporada en el extranjero? me encantaría saber tu opinión y como te sentiste.