Bretaña tiene tantas gemas ocultas que te tentarán y te deleitarán. Incluso si solo vas a visitar la Bretaña francesa una vez en tu vida (y debes hacerlo), ocupará un lugar en tu corazón durante años. Su dramática y espectacular línea costera en particular te dejará sin aliento, aunque no es lo único por lo que la región bretona te enamorará.
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Las playas son simplemente IMPRESIONANTES
La región bretona tienen algunas de las aguas turquesas más claras que jamás haya visto. ¡Y mira que soy de Mallorca! Además también destacan por ser muchas de ellas playas vírgenes, salvajes e increíblemente largas, lo que siempre me recuerda a las playas de Nueva Zelanda y a las playas Australianas.
El agua quizás es un poquito más fría que la del mediterráneo pero uno se acostumbra a todo y los bretones se meten en el mar incluso en invierno y con olas gigantes.
Los pueblos son súper pintorescos
Bretaña es el hogar de algunos de los pueblos más bellos de Francia. Rochefort-en-Terre, en la región occidental de Morbihan de Bretaña, es una delicia y Dinan tiene uno de los centros de ciudades medievales amuralladas mejor conservados, con calles adoquinadas y bonitas contraventanas a cada paso que das.
Comerás las mejores crepes de tu vida
Las crepes son uno de los platos por los que Bretaña es más conocida y es que son simplemente deliciosas. No es de extrañar que haya creperies por doquier.
Las galettes (»crepes saladas») también son originarias de esta región, siendo la gallete saucisse la más traducional, mientras que el Kouign-amann es un postre típico bretón que también debes probar.
Los castillos te cautivarán
Muchos de los castillos de Bretaña están estratégica mente ubicados en cautivadoras posiciones costeras. Por ejemplo el »Fort La Latte» (en la foto de abajo) se encuentra en la Costa Esmeralda ocupando uno de los lugares más hermosos de zona costera. El Château de Suscinio, es otro castillo clave en la historia bretona y parece sacado de un cuento de hadas.
Puedes perderte entre sitios mágicos y míticos
Bretaña es el hogar de muchos sitios megalíticos también llamados Menhirs que marcan el paisaje dramático y son un recordatorio de su rico patrimonio medieval. Realmente resulta impactante caminar por un campo repleto de menhirs mientras te preguntas como los colocaron allí y por qué.
Puedes comer platos de marisco todo el día
Junto con las crepes y las galettes, Bretaña es famosa por sus deliciosos fruits de mer o mariscos, que se sirven no solo como una o dos piezas, sino en raciones.
Los platos de mariscos son algo común en las mesas de los restaurantes y cafés de toda Bretaña, con especial atención a las ostras locales, que posiblemente sean las mejores que comerás en Francia.
No encontrarás tonos rosados ni atardeceres más bonitos
Cuando vayas a visitar la Bretaña francesa, regala a tus ojos al menos un espectacular atardecer bretón. Las puestas de sol son de las más bonitas que jamás haya visto, o al menos están en mi Top 3. Los cielos de color rosa lechoso se entremezclan con las arenas blancas y los grandes acantilados. Por ejemplo, la icónica Côte de Granit Rose de Bretaña se extiende a lo largo de 30 km en el norte de la región, y su nombre hace honor a sus rocas de granito rosa.
Las tradiciones celtas de los bretones
La bretaña francesa cuenta con una rica y muy bien conservada herencia cultural celta y los lugareños están tremendamente orgullosos de ello. Así, los festivales de danza, música y comida que celebran las costumbres bretonas tradicionales durante todo el año son muy conocidas, a la par que divertidas.
Las ciudades portuarias de Bretaña son encantadoras
Saint-Malo, en particular, es una ciudad portuaria encantadora de Bretaña.Sin embargo,hay muchos más como Camaret-sur-Mer o Port d’Audierne que ofrecen vistas igualmente hermosas.
Hay muchas islas para explorar
Para terminar, una de las razones por las que deberías visitar la bretaña francesa al menos una vez en la vida es por sus islas. ¿Quién dijo que ir de isla en isla era solo se puede hacer en el Caribe? Solo en el golfo de Morbihan, cerca Vannes, hay aproximadamente 40 islas pero no son las únicas.
Vas a poder explorar y disfrutar de sus islas en, prácticamente, cualquier parte de Bretaña. Belle-Île es la isla más grande de la región. Su clima templado y su costa serena son dos de las razones por las que es un imán turístico, pero sigue siendo, como el resto, hermosa y salvaje, puesto que los bretones se toman muy en serio la conservación natural de su tierra.